lunes, 9 de mayo de 2011

Bastidas hurga en la ciudad para hacer de la basura metálica, poesía en forma de esculturas.




En su earte Bastidas intenta que cada escultura tenga el menor número de piezas posible. Pero también hay esculturas en las que parte de un boceto se construye con fichas de metal. Es su momento de exploración que aún no concluye. “Para mí la chatarra y su transformación es el reflejo de nosotros. Son metales preciosos a los que los antiguos les decían alquimia. Creo firmemente en la capacidad que tenemos los humanos de rehacernos, de convertir el plomo en oro”, asevera Bastidas.

Una obra que llama la atención se titula Foto familiar, donde ha construido un porta retratos con los integrantes de su familia, todos en metal. “Esta obra es un momento de transición en mi vida donde el frío metal en el cuadro se llena de imágenes alegres que intento plasmar. Mi mayor felicidad son mis hijos”, explica el autor.

Después de mirar atentamente estas piezas la primera pregunta que circula en la mente de los espectadores es ¿de dónde provienen tantas piezas? Parecería que estos artistas pasan la mitad de su vida hurgando por la ciudad con una mochila en sus espaldas buscando los objetos necesarios para sus creaciones.

Bastidas, fue técnico en mecánica industrial campo en el que hizo muchos amigos que saben guardar “esos fierritos” que sobran para dárselos. Con las manos de estos creadores, lo inservible se vuelve arte inusual.

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